sábado, 21 de marzo de 2009
SOLO LOS DOS
Todo resultaba hermoso desde que le conocí, éramos dos almas incompletas perdidas en un mundo
que cobró vida en un intenso y fugaz beso, solo uno fue necesario para comprender que podíamos
vivir una historia excepcional…
Compartíamos la misma visión del mundo, los mismos gustos, las mismas sensaciones, éramos
compatibles y disfrutábamos hablando, no tarde en enamorarme de él y empecé a amarle…
(Fue algo más grande pero lo llamo amor porque no encuentro palabras para describir el
cúmulo de sentimientos que movía y aún mueve dentro de mí…)
En esa tarde hicimos cuanto pudimos, las rosas gozaban de un rojo intenso poco habitual en
esos días, el cielo lucía encantado su traje azul y las aves cantaban volando libres, todo
parecía hermoso pero no duró más de cuatro horas… las luces o las sombras decidieron separarnos
y devolvernos a nuestras realidades donde no existía un “nosotros” sino un “cada uno por su
parte”… él tenía que marcharse y yo regresar a mi soledad… aún así nos mantuvimos en contacto.
Cada día era único al saber que en alguna parte él me amaba, cada mañana deseaba despertar
para volver a verle, volver a escucharle, volver a besarle… eran hermosas sus palabras, su voz,
sus letras...
Desperté con fiebre, mi frente ardía y no podía dejar de pensar en él, cada kilometro que nos
separaba se clavaba en mi corazón como un puñal cubierto de veneno, un veneno agudo… anhelaba
sus besos, sus caricias, sus abrazos...
Su amor dolía pero a la vez me daba fuerzas para vivir, me daba la vida y poco a poco su ausencia
me la quitaba… En ese momento sentí como el calor de un par de lágrimas bañaban mis ojos y
bajaban lentamente recorriendo mi rostro, sentía como la fiebre estaba consumiéndome en mi soledad.
Entonces decidí dejar volar mi imaginación y mis sentidos hacia ese mundo idílico, el que se creó
cuando estuvimos juntos, me introduje en un sueño nebuloso hacia allí, donde todo era perfecto,
donde no había distancias, ni dolor, ni tiempo, ni sufrimiento... solo existíamos él y yo...
(Tenía mucha fiebre y todo parecía real…)
De repente sentí como acariciaba mi rostro, era una sensación sublime, era él lo sabía, solo
podía ser él, nadie más me hacía sentir de esa manera... susurré su nombre, abrí mis ojos y ahí
estaba , sin decir nada nos quedamos mirando fijamente, el uno al otro, él con sus profundos
ojos negros, nunca antes había sentido tantas cosas por otra persona, siempre me había sentido
sola y la vida me había hecho mucho daño, en ese momento deslizó su mano sobre mi rostro, me
preguntó si podía quedarse y hacerme compañía en mi soledad… nos abrazamos... vi caer lágrimas
de sus ojos pero sabía que no eran de dolor…
Sentí como sus finos dedos acariciaban mis labios, me pidió que le amase porque conmigo había
vuelto a sentir, me dijo: “vos mi bella y misteriosa dama nocturna dadme a mí el placer de poder
formar parte de vuestra vida y vuestra alma”.
En ese momento recibí el más dulce y cálido beso que jamás había acogido, el beso perfecto que solo
en sueños se imagina… m
No dijo nada, las palabras eran prescindibles, todo una vez más era perfecto… no pude evitar llorar
entonces él delicadamente enjugó mis lagrimas, se acercó y me abrazó, me abrazó tan fuerte que solo
deseé que nunca más me soltase… (Entre sus brazos era la chica más feliz del mundo, él me hacía
sentir hermosa y perfecta…)
Le amaba, deseaba tenerlo y sentirlo al máximo, piel con piel… entonces suavemente empezó a besarme
con más ímpetu y empezó a deslizar sus labios lentamente por mi cuello… me costaba respirar y mi
corazón latía aceleradamente, recorrió con sus manos cada centímetro de mi cuerpo dejándome
completamente desnuda… yo hice lo mismo...
Sentía la calidez de su piel, la ternura de sus caricias, la pasión de sus besos… quería entregarme
a él y así demostrarle todo lo que le amaba, quería que nuestras almas se unieran de este modo...
entonces tiernamente me tumbó y suavemente se introdujo dentro de mí, no podía evitar gemir,
sentía su jadear acelerado, sus inquietas manos aferrándose a mis muslos, en ese momento estallamos
de placer… tenía mucha fiebre y todo parecía muy real…
La noche oscura fue la única testigo de nuestra unión, de nuestro reencuentro, nuestras almas se
habían unido a la vez que nuestros cuerpos… para siempre.
Descansó junto a mí, me miró y me besó nuevamente, prometió que jamás volvería a separarse de mí,
le dije que desde ese momento él quedaría grabado para siempre en mi corazón pues ya éramos uno
parte del otro.
Desperté de mi delirio, mi frente ardía y escribí este sueño para que nuestro próximo encuentro
fuese tal y como os lo he contado… ¿y qué creéis?… así fue… (Solos los dos)
INEDITO DE:SARAY Y ERICK
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